Con el avance de las nuevas tecnologías y el crecimiento de la web 2.0, cada vez más gente puede estar “conectada con el mundo”. La internet hoy en día permite que la comunidad mundial pueda saber lo que ocurre en cualquier lugar y hora, en un mundo globalizado donde los nuevos medios permiten que esto sea más sencillo. La internet ha permitido conocer noticias internacionales y buscar información de manera más sencilla, y cada vez más instrumentos permiten que la participación del internauta hoy pase de ser pasiva a activa. Quiere decir que uno no solo recibe información sino también la puede crear para que cualquiera la use.
Las redes sociales han tenido gran influencia en esta revolución. Si bien la mayoría de estos sitios fueron creados a mediados del 2000, no tuvieron su pico de popularidad sino hasta en los dos últimos años de la misma década.
Facebook, con más de 1650 millones de usuarios activos, es la red social por excelencia. En ella uno puede contactar gente, subir fotos y enterarse de cierta información sobre sus contactos, hasta incluso reencontrarse con gente que antes habría pensado que ya no vería nunca más.
Ahora bien, estas redes son utilizadas para contactarse entre amigos. Pero, superando esa barrera aparece otro fenómeno, y es el de poder comunicarse con los medios masivos.
Y es así como Twitter, una red con más de 332 millones de usuarios activos, de la cual la inmediatez de la información es su primera y más importante característica, se ha convertido en una herramienta indispensable para todo medio de comunicación formal e informal, así como un medio de difusión de actores políticos y celebridades.
Estas redes han facilitado la comunicación marca consumidor, donde el usuario ya tiene voz ante los mensajes que recibe; es decir, las redes sociales han creado un canal de comunicación bidireccional. El fenómeno que se produce en este tipo de comunicaciones es que el receptor recibe y reacomoda la información en función de sus posturas filosóficas y culturales, para reenviarla dando su punto de vista sobre los hechos. Por supuesto que esto es así debido a la conciencia de que todos los individuos son libres e iguales y tienen el derecho a dar su opinión. La dimensión cultural de la comunicación permite notar la incomunicación y la separación de otras posturas, de modo que Facebook y Twitter también constituyen un medio para lograr la convivencia entre distintos pensamientos.
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Sin embargo, el hombre no vive del intercambio de información ni de mensajes, sino de relaciones. Es por ello que ante tanto flujo de información, la sociedad puede elegir lo que quiere y lo que no. Esto permite fundar la libertad y hace que las personas, aunque pasen varias horas del día expuestas ante los medios de difusión, no sean totalmente manipuladas por los mensajes que reciben.
Los medios como Facebook o Twitter permiten que ahora la comunicación sea multidireccional. El receptor pasó de ser pasivo a activo. Ahora pregunta, cuestiona, escoge, argumenta y opina.
Las redes sociales constituyen un espacio simbólico en donde todos pueden expresarse e intercambiar opiniones, sean o no contradictorias. Simbolizan la existencia de una democracia y constituyen el vínculo que une a la audiencia, ya que pueden sentirse partícipes de la construcción de los contenidos de este medio.
La democratización da lugar al nacimiento de la cultura de masas, aquella en la que surgen grandes grupos sociales con gustos homogéneos pero que poco se conocen. La cultura de masas permite que todos puedan participar de una manera u otra en los debates que se originan. Esto está vinculado a la modernidad, la sociedad de consumo y las industrias culturales.
De esta manera, se detallan los modelos interlocutivos que comprenden cuatro principios, que podemos encontrar en la comunicación entre emisor y receptor.
En primera instancia, el principio de pertenencia, el cual hace que las personas se reconozcan como interlocutores potenciales; de manera que se sientan seguras de poder expresar su opinión.
El principio de contractualización permite que haya una comunicación real y efectiva. El principio de reciprocidad marca una actividad conjunta entre emisores y receptores y por último, el principio de influencia se marca cuando los usuarios dan su opinión sobre determinado tema.
El principio de reciprocidad se evidencia en la interacción de los usuarios con las cuentas de Facebook o Twitter. Hay una cooperación verbal, una actividad conjunta entre los receptores y los emisores, en donde lo dicho por uno se apoya sobre lo dicho por otro.
Este modelo permite claramente dar cuenta de la interacción producida entre las diferentes partes.
Facebook y Twitter permiten un mayor alcance de recepción, ya que desde todas las partes del mundo cualquier persona puede opinar y disertar sobre lo que acontece en la cotidianidad, sin importar las barreras geográficas. Se produce una transnacionalización de la información. De este modo, aparecen nuevos ámbitos de recepción: el transnacional y el local. El receptor de la comunicación se convierte en usuario, porque participa en el proceso de selección e interacción.
Con esta re-conceptualización de los medios, la comunicación de masas – definida en principio como destinada a públicos heterogéneos y anónimos con procesos comunicativos unidireccionales – se ha transformado en una comunicación de difusión, en lugar de comunicación de masas. Medios como Facebook y Twitter en su interacción en tiempo real con un programa transmitido en vivo, hacen que la comunicación sea recíproca, ya que al ser el receptor un participante activo, adquiere un protagonismo en donde el hecho de comunicar algo se vuelve más importante que el contenido en sí.
El fácil acceso a las nuevas tecnologías se ha constituido en el inicio de una nueva era de la comunicación, con la llegada de la web 3.0, una era donde todos somos juez y parte, donde el usuario interactúa en las comunidades digitales como vínculo al mundo real.
Hoy en día, la comunidad de las redes sociales conforma una aldea global, en donde todos aceptan con mayor o menor tolerancia que los demás compartan el mismo espacio. La instantaneidad nos pone en contacto con cualquier punto del mundo de forma inmediata. La cibercultura es la tercera era de la comunicación, fundamentada en el lenguaje digital, sobre el cual se constituyen y se difunden los mensajes.
Las tecnologías interactivas proporcionan los vínculos tecnológicos para una inteligencia colectiva mucho más extensa. Éstas cambian nuestro modo de pensar y nuestro modo de pensar las cambian también. Para eso se requiere evitar el error frecuente de pensar en las nuevas tecnologías con viejas ideas. La ecuación debe actualizarse en su totalidad: nuevas herramientas exigen nuevas ideas y esto es precisamente lo que no siempre se logra.